30 de mayo

 Hoy vi un cartel en la intersección entre la avenida Mendoza y la Ruta Nacional 22. Lo que debería ser una ruta pero fue un enorme mecanismo de choreo, que hace 2 años ya dejaron casi abandonado ante la indiferencia general y para que pasen de esos camiones que gotean arena silícea, boludos como yo y otros más boludos. 

    Como sea: vi un cartel afirmado contra otro. Uno era de los de la ruta, un círculo cruzado en diagonal por una flecha negra que apunta abajo a la derecha. Y abajo de eso, una placa de un material que parece un cartón duro pero es de madera aglomerada, de color marrón oscuro. Son unas placas cuadradas pero con las esquinas redondeadas, con una textura lisa y suave de un lado, áspera y porosa del otro. Las usan para cubrir los pallets, por eso es probable que la hayan sacado de ahí a unos metros hacia el lado sur de la ruta, donde está el enorme depósito de la Organización Comercial Don Tomás. 

    Esa placa estaba afirmada al cartel. Tenía escrito con pintura blanca y pincel este breve texto:

3 PALTA
2 LIMONES
$3000
M. PAGO

    Hay un semáforo ahí, sobre la ruta, y por eso tuve tiempo de mirarlo bien. Me gustó o me llamó la atención porque estaba bien escrito. Le falta la S del plural en "PALTA", pero transmite fiel y honestamente su mensaje. 
    Es viejo el cartel, me parece. Quedó ahí abandonado como todo lo demás que ya no sirve para robar porque se cortó el chorro o no inventaron todavía una manera de sacarle más plata. El que vendía esas paltas no estaba o vendía otra cosa. No estaba tampoco el que suele vender turrones Arcor y/o alfajores Guaymallén. Había un adicto en recuperación de la fundación RemAr con un frasco chico de aceitunas en la mano. 
    Y después se puso en verde y yo seguí mi estúpido camino. 

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