Ridi
El otro día me sentí rarísimo porque alguien me trató bien. Alguien que no era ni mi madre ni mi mujer ni mi mejor amigo. Se sintió raro no solo porque vino de una persona a la que apenas conozco (ni sé su nombre), sino porque fue en una situación en la que no es usual que alguien te trate bien. Acostumbrado a estar replegado, sometido a la ley, no supe cómo reaccionar a que alguien abriera una instancia de reconocimiento mutuo por fuera, en un margen. No estoy hablando de nada transgresor, más bien de algo "inocente" en el sentido de indiferente o inocuo. No, no es esa la palabra. En fin. Detecté inconscientemente lo que había sucedido, pero estaba apurado y de mal humor, así que traté de no ser muy descortés ni decir nada fuera de lugar, pagué lo que debía y me fui a otro mostrador, donde encontré la acostumbrada mirada de desprecio que suelo recibir en este pueblo, en pago por mi descortesía y mi mal humor de otras veces. ...